'Haz clic aquí' o la viralidad de un vídeo de Youtube.



Esta reseña conlleva un conflicto que no hemos sido capaces de resolver; Un dilema que atraviesa toda la función y que no acaba de ser resuelto ni en ella ni por el equipo de Channel video one. Quizá vosotros veáis la función y sí lo consigáis.

Antes de nada recordar que 'Haz clic aquí' ha vuelto a la sala princesa del María Guerrero para quedarse hasta el 23 de noviembre, que surgió del laboratorio "Escritos en la Escena" del CDN y que su autor y director, José Padilla, se basó en un hecho real ocurrido hace tres años. La noticia que saltó entonces a los medios fue que un grupo de jóvenes habían dado una paliza a otros tres en la puerta de una discoteca en Granada; esta paliza había sido grabada por un vecino abogado que ofreció la grabación a las víctimas, pero éstas decidieron no denunciar y en vez de dejarlo ahí, el abogado publicó el vídeo en Internet y pidió ayuda a los usuarios para identificar a los agresores e iniciar acciones legales. Entonces el vídeo se viraliza, la chica que aparece golpeando a uno de los caídos con su tacón es supuestamente identificada por los internautas y resulta ser menor... El drama y el dilema están servidos.

'Haz clic aquí' resulta una función entretenida y muy actual en temática y forma, que te atrapa desde los primeros minutos con una sucesión fresca y rápida de escenas, como si fueran secuencias de cine, que crean suspense y te tienen en vilo. Pero lo que la hace una función diferente es que te expulsa permanentemente de tu zona de confort. Uno está acostumbrado a empatizar con unos personajes y con otros no, a que el dramaturgo tenga una opinión formada sobre ellos, a tener un punto de vista claro sobre lo que pasa en escena y arrellanarse en la butaca con esa tranquilidad. En fin, a saber lo que está pasando. Pero eso es algo que no consigues en los 70 minutos de esta función. Así es como Jose Padilla evita que hagamos lo que pasó en aquel momento en los medios y redes: un juicio previo a la Justicia.

La lista de cuestiones que se lanzan a escena sin resolverse es apabullante (y apasionante): ­
- El juego de espejos de las redes sociales con la publicación y reproducción ad eternum de nuestras imágenes. ­
- La exposición absoluta (con el doble significado de ser exhibido y estar en riesgo) de nuestra imagen pública. ­ El precio de vivir en el escaparate de las redes, regido por la opinión del público y la corrección política. ­
- La tiranía de la mayoría, la memecracia, la contracción del pensamiento y la información a los mínimos caracteres. ­
- La impunidad y la irresponsabilidad de los usuarios por un lado y su extrema indefensión por otro. ­
- Las redes sociales como forma de democratización del conocimiento y de organización y toma del poder de los ciudadanos por un lado, o las redes sociales como forma de manipulación de las masas que consumen y propagan de forma inocente noticias sin hacerse preguntas acerca de su origen o veracidad. ­
- Los juicios paralelos en el circo mediático que da a la gente lo que ésta cree que quiere, sin más consideraciones a la presunción de inocencia y sin más fin que ganar audiencia. Su explotación del morbo, el ansia de justicia y la moral de baratillo. ­Y aquí no puedo dejar de acordarme de la brillante "Perdida" de David Fincher­.

'Haz clic aquí' va desplegando una maraña de intereses y acusaciones que hacen imposible al público posicionarse respecto a lo que está viendo. Tanto es así que a la hora de escribir esta reseña me surge un dilema: lo primero que pensé al empezarla fue linkear al vídeo original de la pelea que dio origen a todo, para que podáis verla y os hagáis una idea. ¿Por qué no? Quizá porque, como cuenta el propio Jose Padilla, aunque hace ya años del incidente original y los presuntos culpables resultaron ser inocentes, no hace tanto que se colgó el siguiente comentario en ese vídeo “A la del tacón le picaba los ojos con su propio tacón hasta que llegase al cerebro” (sic). Así que, ¿es inocente por mi parte poner el link al vídeo? ¿Estoy perpetuando el desprestigio social de esas personas? ¿Estoy siendo hipócrita al hacer lo que escribo que la función cuestiona? ¿Estoy aprovechándome de la indefensión de quienes ahí aparecen? Vosotros veréis. O no...



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