VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS es la nueva película de aventuras visualmente espectacular del visionario LUC BESSON, el legendario director de “León (El profesional)”, “El quinto elemento”, “Nikita, dura de matar” y “Lucy”. Basada en el revolucionario cómic francobelga que inspiró a toda una generación de artistas, escritores y cineastas, el próximo 18 de agosto se estrena por fin en España una visión que ha tardado toda una vida en hacerse realidad.
En el siglo XXVIII, Valerian (DANE DEHAAN, “The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro”, “Chronicle”) y Laureline (CARA DELEVINGNE, “Escuadrón Suicida”, “Ciudades de papel”) forman un equipo de agentes especiales encargados de mantener el orden en todos los territorios humanos. Por encargo del ministro de Defensa (el compositor ganador del Óscar y el Grammy HERBIE HANCOCK), los dos se embarcan en una misión a la asombrosa ciudad de Alfa, una metrópolis en constante expansión en la que convergen desde hace siglos especies procedentes de todos los confines del universo para compartir entre si conocimientos, inteligencia y culturas.
Pero Alfa oculta en su interior un misterio, una fuerza oscura que pone en peligro la pacífica existencia de la Ciudad de los Mil Planetas, y Valerian y Laureline deberán apresurarse para identificar a esa amenaza que les acecha y salvar no solo Alfa, sino el mismo futuro del universo.
Acompañan a DeHaan y Delevingne en el reparto un extraordinario elenco de intérpretes veteranos y recién llegados a la gran pantalla, encabezados por CLIVE OWEN (“Hijos de los hombres”, la serie de televisión “The Knick”), ETHAN HAWKE (“The Purge. La noche de las bestias”, “Training Day (Día de entrenamiento)”), JOHN GOODMAN (“Atómica (Atomic Blonde)”, “Calle Cloverfield 10”), KRIS WU (“xXx: Reactivado (xXx: Reactivated)”, “Journey To the West: The Demons Strike Back”) y RUTGER HAUER (“Blade Runner”, “Batman Begins”). En una sensacional interpretación, el icono mundial del pop RIHANNA (el próximo estreno “Ocean’s 8”) debuta en el género del cine fantástico.
Con guion y dirección de Besson, la historia de VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS se basa en la serie de novelas gráficas de “Valerian y Laureline”, obra de PIERRE CHRISTIN y JEAN-CLAUDE MÉZIÈRES, que empezó a publicarse en 1967 de la mano de la editorial DARGAUD. En este proyecto internacional, Besson está acompañado por un equipo de colaboradores habituales, encabezado por la productora VIRGINIE BESSON-SILLA (“Lucy”, “Malavita”). Entre los jefes de los distintos departamentos figuran el director de fotografía THIERRY ARBOGAST (“Lucy”, “El quinto elemento”), el compositor ganador del Óscar ALEXANDRE DESPLAT (“El Gran Hotel Budapest”, “The Imitation Game (Descifrando Enigma)”), el diseñador de producción HUGUES TISSANDIER (“Lucy”, “Venganza (Taken)”), el montador JULIEN REY (“Lucy”, “Malavita”), el diseñador de vestuario OLIVIER BÉRIOT (“Lucy”, “Venganza (Taken)”) y el supervisor de efectos visuales ganador del Óscar SCOTT STOKDYK (“Oz, un mundo de fantasía”, “Spider-Man 2”).
El filme cuenta como productores ejecutivos con MARK GAO (el próximo estreno “Replicas”), GREGORY OUANHON (“Transporter Legacy”) y JC CHENG (“Skyline: El último crucero”).
Alimentada por la imaginación de Besson, VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS sumerge a los espectadores en una inolvidable aventura intergaláctica.
Valerian está acompañado en sus viajes por el espacio por su intrépida compañera, la sargento Laureline (Delevingne), cuya innata inteligencia solo es comparable a su férrea determinación, su feroz independencia y sus impresionantes despliegues de fuerza. Con lo motivada y centrada que está en su carrera, Laureline está mucho más chapada a la antigua y es más sencilla en su vida personal: quiere enamorarse, casarse y tener una familia. Además de ser una excelente agente espacial, naturalmente.
Al comienzo de su aventura, Valerian y Laureline se dirigen al planeta desértico de Kirian, donde les encargan que se infiltren en los sórdidos bajos fondos del bullicioso Gran Mercado intradimensional. Siguiendo las órdenes del ministro de Defensa (Hancock), deben recuperar el último transmutador de Mül que queda, una diminuta criatura con poderes milagrosos que podría ayudarles a salvar a una pacífica civilización que se creía desaparecida.
Con el transmutador como preciosa carga a bordo de su nave espacial, “El Intruder”, Valerian y Laureline viajan a continuación a Alfa, la enorme estación espacial conocida en toda la galaxia como la Ciudad de los Mil Planetas. Su misión principal consiste en garantizar la seguridad del comandante Arun Filitt (Owen), pero el misterio que alberga Alfa en su interior no tardará en adquirir una urgencia más alarmante, que obligará a Valerian y a Laureline a decidir si deben confiar en su instinto por encima de la información que les han proporcionado sobre su misión.
Cuando Laureline es secuestrada por el retorcido emperador Boulan Bathor III (ROMAN BLOMME, “Little Glory”), Valerian tendrá que aventurarse en la zona de los bajos fondos conocida como El Callejón del Paraíso en busca de información y aliados precarios. Allí se topa con Jolly (Hawke) y Bubble (Rihanna), una artista que cambia de forma, cuyos excepcionales talentos resultarán muy útiles cuando ayude a Valerian en su audaz rescate de Laureline.
Tras soportar una sucesión de brutales escaramuzas y épicas batallas, Valerian y Laureline entran por fin en la Zona Roja radiactiva del centro de Alfa, donde descubren el oscuro secreto que se oculta tras su misión e intentan salvar la Ciudad de los Mil Planetas antes de que se acabe el tiempo... y una civilización quede destruida para siempre.
A medida que Valerian y Laureline avanzan en esta aventura espacial intergaláctica visualmente deslumbrante, deberán abrirse paso entre persecuciones de coches voladores, tiroteos con criminales del hampa alienígena, mortíferas criaturas de las que a duras penas logran escapar y batallas espaciales como no se han visto nunca en la gran pantalla.
Besson no tardaría en engancharse a los apasionantes seriales gráficos escritos por el autor francés Pierre Christin e ilustrados de forma rompedora por Jean-Claude Mézières, devorando los 20 volúmenes publicados hasta la fecha. “Eran los 70, y era la primera vez que veíamos a una chica moderna repartiendo leña”, recuerda. “No se trataba de superhéroes con capa. Esto era mucho más ligero, libre y muy ameno, porque Laureline y Valerian eran como dos policías normales de la actualidad, solo que en el siglo XXVIII, donde todo es extraño y alucinante”.
La serie de cómic en la que se basa el filme, que la editorial Dargaud empezó a publicar en 1967, inspiró a Besson no solo a imaginar su emblemática “El quinto elemento”, sino que también ha influido a otros cineastas a crear algunas de las películas de ciencia ficción más icónicas del último medio siglo.
Con su pasión por “Valerian y Laureline” siempre presente, Besson creció hasta convertirse en la fuerza creativa responsable de cintas de acción tan influyentes como “Nikita, dura de matar” y “León (El profesional)”. No fue hasta que empezó a filmar su épico clásico de culto distópico retrofuturista “El quinto elemento” que se planteó la posibilidad de sacar a su héroe de fantasía de la infancia de la estantería y empezó a darle vueltas a la idea de adaptar las novelas gráficas al cine. Besson comenta riendo: “Jean-Claude Mézières, que diseñó ‘El quinto elemento’, me dijo: ‘¿Por qué haces esto? ¡Deberías estar haciendo Valerian!”.
Limitado por la tecnología de efectos visuales relativamente primitiva disponible en la década de 1990, Besson sabía que pasaría un tiempo antes de ser capaz de crear el maravilloso universo de “Valerian y Laureline” que sabía que el material original merecía. “Cuando volví a leerme los cómics”, recuerda, “llegué a la conclusión de que era imposible hacer las películas. La tecnología de entonces no era lo suficientemente buena para recrear todos esos mundos y alienígenas”.
Haría falta un terremoto y un enorme avance evolutivo en efectos visuales para permitir al cineasta dar vida a “Valerian y Laureline”. Después de que James Cameron invitara a Besson al set de rodaje de su épica aventura espacial “Avatar”, el director francés se decidió. “Cuando llegó ‘Avatar’, hizo que todo pareciera posible. Recuerdo pensar: ‘Algún día, volveré a la ciencia ficción con todas estas nuevas herramientas, con las que el único límite es tu imaginación. Entonces fue cuando decidí hacer ‘Valerian’”.
A DeHaan le atrajo el papel porque le daba la oportunidad de interpretar a un investigador aventurero de la era espacial, que también resulta ser un romántico incurable. “Valerian está totalmente colado por Laureline, pero se ha ganado a pulso cierta reputación de donjuán”, explica el actor. “La película no trata solo de salvar el universo, sino también de la misión de Valerian de convencer a Laureline de que deberían pasar el resto de sus vidas juntos”.
Como interpretar a uno de los principales agentes espaciales interestelares exige encontrarse en un estado de forma óptimo, DeHaan tuvo que pasar los siete meses previos al rodaje poniéndose en forma para el papel. “Teníamos escenas de acción casi cada día, y era importante que sustentara mi interpretación con esa energía superpositiva propia de Valerian”, comenta. “Tuve que trabajar mucho, porque desde luego no tenía mucha pinta de poder salvar el universo antes de que me ofrecieran el papel”.
Una vez adquirido el físico requerido por el papel, DeHaan se metió de lleno en las espectaculares secuencias de acción, espoleado por un eufórico Besson. “El entusiasmo de Luc todos los días de rodaje era asombroso”, recuerda el intérprete. “Se lo estaba pasando como en su vida, y nos contagió a todos los demás. Nunca había trabajado en una película que hubiera resultado tan divertida de hacer”.
En cuanto a meterse en el personaje y lucir el característico traje espacial de Valerian, DeHaan observa: “Es una sensación alucinante. Despierta al niño que llevas dentro al que le encantaba disfrazarse. Hace que sientas que eres lo más, caminando por ahí con tu traje espacial y yendo a trabajar. Estábamos haciendo básicamente de superhéroes”.
Para el papel de la intrépida Laureline, Besson necesitaba encontrar a una actriz que pudiera estar a la altura del espíritu de empoderamiento encarnado en la heroína. Laureline no es ninguna chica apocada, ninguna damisela en apuros, es la igual de Valerian en todos los aspectos: valiente, fuerte, muy inteligente y lleva el 50% del peso de la labor de lucha contra el crimen que llevan a cabo entre los dos. Hacía falta alguien extraordinariamente singular para encarnar al personaje del que se había enamorado Besson de niño.
Besson tiene un don para reconocer el potencial de ciertas actrices para convertirse en grandes estrellas, como fue el caso de unas por entonces desconocidas Natalie Portman o Milla Jovovich. Al elegir a la Laureline de sus sueños, Besson la pondría en la exclusiva posición de convertirse en la próxima gran estrella mundial.
Al final, Besson se decidió por la modelo convertida en actriz Cara Delevingne, que ha empezado a darse a conocer en dramas menores como “Ciudades de papel” y en superproducciones taquilleras como “Escuadrón Suicida”. “Conocía a Cara del mundo de las modelos, y lo primero que me preocupaba era asegurarme de que iba en serio”, recuerda Besson. “Cara es preciosa, pero tenía que saber si tenía la capacidad, físicamente. ¿Sabía actuar? ¿De verdad quería?”.
Tras someter a Delevingne a un riguroso proceso de prueba, Besson llegó a la conclusión de que la respuesta era un rotundo “sí”. Recuerda la actriz británica: “Luc me sometió a pruebas como las que te encontrarías en una escuela de arte dramático. Me pedía que me convirtiera en un animal y cosas por el estilo. Era muy a la vieja usanza, y moló mucho”.
Delevingne proclamó sus intenciones de convertirse en actriz antes incluso del jardín de infancia, por lo que estaba encantada ante la perspectiva de trabajar con un director cuyas películas admiraba desde hacía tiempo. “De niña, recuerdo quedarme cautivada con los colores y los personajes de ‘El quinto elemento’, como esa asombrosa alienígena azul”, sostiene. “Me quedé entusiasmada con ella, y ha seguido siendo una de mis películas favoritas de siempre”.
La productora habitual de Besson, Virginie Besson-Silla, comprende perfectamente la reacción de Delevingne: “A lo largo de los años, ‘El quinto elemento’ ha adquirido el carácter de obra de culto, y mucha gente agradece ver a Luc volver a ese género”.
En esta época de destripes online y filtraciones en las redes sociales, Besson y Besson-Silla estaban decididos a guardar el secreto en torno al argumento de la película. Desarrollaron un protocolo de alto secreto que sin duda se ganaría el respeto de las agencias de inteligencia internacionales; exigía a Delevingne que se leyera el guion de un tirón... con un ayudante esperando al lado. “Me senté yo sola en una habitación durante hora y media, pero me leí el guion a toda velocidad, porque era verdaderamente fascinante”, recuerda.
Delevingne, atraída por la actitud sin contemplaciones de la policía espacial, describe a Laureline como, simplemente: “la caña. Es una mujer muy fuerte e inteligente, que se vale por sí misma”, concreta la intérprete. Aun así, el personaje tiene un lado más blando. Laureline soporta (y disfruta) los continuos flirteos de Valerian, pero se mantiene concentrada en la misión que los ocupa. El romance tendrá que quedar relegado a un segundo plano mientras salvan la galaxia. “Tiene un corazón de oro y es romántica, pero no quiere bajar la guardia”, agrega la actriz tras una pausa. “Laureline acaba enamorándose mientras salva el mundo”.
Nuestra heroína no se queda tranquilamente sentada esperando a que le pasen las cosas; lucha junto a Valerian, lo que exigió a Delevingne ponerse bastante violenta. “Tuve que darle un puñetazo en la cara a Clive Owen unas cien veces”, comenta haciendo una mueca. “Seguro que le di en la nariz al menos un par de veces... porque mi percepción de profundidad no es muy buena que digamos. Me disculpé y, por suerte, Clive se lo tomó bien”.
Todas las palizas que se dieron los actores y las agujetas que sufrieron merecieron la pena, ya que VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS dejará encantados a todos los espectadores, en opinión de Delevingne. “Esta película es visualmente impresionante”, afirma entusiasmada. “Los espectadores se quedarán abrumados con todos los personajes que van a ver. El enorme esfuerzo invertido en cada mínimo detalle —el vestuario, el diseño, el arte— ha dado como resultado una película increíble”.
Comprendiendo que la base de la historia se fundamenta en la relación de su personaje con Laureline, DeHaan se entendió muy bien con su coprotagonista femenina desde el principio. “Es importante que la relación parezca animada fuera del set. Cara está llena de vida, así que es muy fácil caer bajo su hechizo”, elogia a la actriz que tan acertadamente eligieran para interpretar a la Encantadora en “Escuadrón Suicida”. “Normalmente, soy bastante serio, pero Cara y yo acabamos cantando canciones y haciendo el ganso entre una toma y otra. Eso resultó muy útil, porque la relación entre Valerian y Laureline es muy pícara”.
Rihanna, una estrella multiplatino del pop mundial e icono rebelde de la moda por derecho propio, era la primera elección de Besson para interpretar a Bubble. “Todo el mundo decía: ‘Olvídalo, es imposible’”, recuerda el guionista y director. “A lo que yo respondía: ‘No cuesta nada intentarlo’”. Besson organizó una reunión con la megaestrella y se quedó encantado al descubrir que estaba interesada en abordar su primer papel cinematográfico en el género de la fantasía.
“Evidentemente, Rihanna no le teme a la cámara y actúa ante miles de personas”, aporta Besson. “Pero me dijo: ‘Como actriz, aún soy una principiante y, a menos que trabaje con alguien que sea bueno, no aprenderé’. Me conmovió su sinceridad, porque si hubiera dicho: ‘Soy una superestrella, no puedes filmarme desde este ángulo’, ¿qué podría haber hecho yo? Seguía muy bien las indicaciones, captó todos los detalles y fue una delicia trabajar con ella”.
Valerian se encuentra inicialmente a Bubble cuando está realizando un número de baile, y luego procede a ofrecer un caleidoscopio de rápidas transformaciones; es el montaje intergaláctico definitivo de cambios de imagen. “Fue muy divertido para mí ir cambiando de un aspecto a otro”, recuerda entusiasmada Rihanna. “Hubo muchos cambios de maquillaje y de pelo. El estilo Cleopatra fue el que llevó más tiempo, porque tenía muchísimos detalles, y tenía que llevar maquillaje resistente al agua. Pero mi conjunto favorito fue el de enfermera, que era todo de látex y me hacía sudar”.
Bubble pasa rápidamente de no ser más que una artista en el Glam Club a convertirse en aliada de Valerian y desempeñar un papel significativo en su misión de rescate. “Bubble es una artista, y lo que la hace sentirse libre es actuar y hacer feliz a la gente”, prosigue la cantante. “Es muy sensible en lo referente a su arte, y entre Valerian y ella se crea un estrecho vínculo”.
En cuanto a su colaboración con Besson, Rihanna se maravilla con la incansable especificidad de su director. “Revisaba mi maquillaje, me decía lo que opinaba de cada conjunto y me preguntaba cómo me sentía. Si no me gustaba algo y quería cambiarlo, estaba dispuesto a ello, porque quería que me encantara Bubble y que la hiciera mía. Aún soy una recién llegada al cine, así que Luc tuvo mucha paciencia y se lo agradecí. Sabe exactamente cómo sacarte la interpretación que busca”.
Aunque VALERIAN está poblada de miles de especies alienígenas, la película también cuenta con un contingente humano sustancial, sustentado por el actor británico Clive Owen como el comandante Arun Filitt, un líder militar cuyo turbio pasado vuelve a aflorar en el presente.
“Arranqué a toda marcha, me hice idea rápidamente del tono de la película, me metí en el papel e hice mi parte”, comenta Owen. “Fue fácil, porque Luc es muy relajado y preciso. Cuando haces una película con tanto material generado por ordenador, tienes que ser increíblemente concreto en cuanto a qué es lo que se está rodando. Todo tiene que estar calculado de antemano y Luc había hecho una preparación tan exhaustiva, que sabía exactamente lo que quería cada día”.
Owen, que ya está familiarizado con el subgénero de las películas de acción cargadas de efectos digitales, gracias a su trabajo en títulos como “Sin City (Ciudad del pecado)”, captó fácilmente las dificultades que entrañaba trabajar en el mundo de croma verde de VALERIAN. “Te encuentras en un limbo, en el sentido de que actúas en un espacio en el que el mundo a tu alrededor se creará más tarde”, comenta. “Eso fue extraordinariamente emocionante”.
El veterano actor Ethan Hawke, que interpreta a Jolly, el proxeneta de Bubble, recuerda sucintamente el informe creativo de Besson. “Luc me dijo que si Dennis Hopper siguiera vivo, lo habría elegido a él para interpretar a Jolly, así que yo seguí a partir de esa idea”, comenta riendo el actor. “Canalicé mi Dennis Hopper interior y me lo pasé bomba. Participar en un rodaje de Luc fue exactamente como me imaginaba: increíblemente creativo y divertido, a la par que organizado y meticuloso”.
“Luc tiene una forma de ver el universo que resulta alocada, alegre, desenfrenada y espontánea; pasión y picardía mezcladas con arte”, agrega el actor. “Sus películas no se parecen a las de nadie más. Siempre se sabe cuándo es una película de Spike Lee, Martin Scorsese o Tarantino. Con Luc pasa lo mismo. Sabes que estás viendo una película de Luc Besson, y VALERIAN es puro Luc”.
Besson se basó en sus pasiones e influencias de su adolescencia para elegir a muchos de los miembros de su reparto. Así fue como decidió ofrecer el papel del ministro de Defensa a Herbie Hancock, cuya música ha enamorado al director desde que no tenía más que 13 años.
Durante una visita al hogar de Hancock en Los Ángeles, Besson lo convenció para que se incorporara al proyecto. “Es un papel muy pequeño, pero me gustó la idea de interpretar a un ministro en VALERIAN”, reconoce la leyenda del jazz. “He sido embajador de buena voluntad para la UNESCO durante seis años, así que quería formar parte de un proyecto que promueve una visión global. A estas alturas de nuestro desarrollo en el siglo XXI, es importante que los humanos aspiren a ser ciudadanos globales”.
Mientras se encontraba en Los Ángeles, Besson aprovechó también para convencer al actor ganador del premio Emmy John Goodman, que aporta la voz del jefe alienígena del crimen generado digitalmente Igon Siruss. Goodman recuerda quedarse asombrado con los diseños conceptuales de Besson. “Luc tiene una imaginación increíble”, comenta maravillado el actor. “No sabía si me quería cubrir de látex o ponerme una cabeza de dibujos animados o qué, pero pensé que, con Luc al mando, saldría bien... fuera lo que fuera”.
En una jugada que sin duda hará las delicias de los fanáticos de la ciencia ficción, Besson eligió a Rutger Hauer para interpretar al presidente de la World State Federation. “Rutger resultó tan icónico en ‘Blade Runner’, que me hacía mucha ilusión trabajar con él en VALERIAN”, afirma entusiasmado Besson. Como parte del protocolo de secreto para proteger la trama, Hauer no pudo leer el guion antes del rodaje, sino que el actor recibió únicamente sus líneas de diálogo el día anterior al comienzo del rodaje.
“Luc trabaja por instinto, y me siento muy a gusto con gente que trabaja así”, aporta el legendario actor holandés. Sabía que sería una aventura pero, al igual que sus compañeros de reparto, estaba dispuesto a embarcarse en ella. “Fue una experiencia magnífica”.
Como reconocimiento a la comunidad tan unida de cineastas franceses de la que forma parte, Besson ofreció papeles de figurante a varios compañeros directores. LOUIS LETTERIER (“El increíble Hulk”), BENOÎT JACQUOT (“Adiós a la reina”) y OLIVIER MEGATON (“Venganza: Conexión Estambul”) aparecen todos brevemente como oficiales militares. “Hicieron pequeños cameos, por diversión”, resume Besson-Silla.
Después de realizar una criba preliminar entre todos los participantes hasta quedarse con un grupo más reducido de diseñadores a finales de 2010, Besson redujo aún más el número de elegidos a unos veinte aproximadamente, que se reunieron con él en Francia, Los Ángeles o a través de Skype a fin de que Besson compartiera con ellos su visión de cómo trasladar a la gran pantalla el universo del cómic. Los artistas trabajaron entonces cada uno por su cuenta para desarrollar sus propias interpretaciones del sueño de Besson, como prueba para ver si podían pasar a la segunda fase.
Al final, Besson eligió a seis artistas clave que pasarían a la segunda fase y seguirían elaborando los dibujos que Besson escogió como parte de la primera fase del proceso de diseño conceptual. A partir de ahí, Besson ofreció directrices y orientación a los seis artistas sobre cómo combinar, pulir y realzar los dibujos elegidos. Para el final de la segunda fase, los dibujos eran predominantemente producto de un esfuerzo de colaboración entre Besson y los seis artistas, a excepción de varios dibujos de la primera fase, que se mantuvieron intactos.
Este proceso se prestó a un enfoque meticuloso, meditado y exhaustivo para crear diseños minuciosamente detallados que encajan entre sí para crear un todo coherente.
Alfa es una metrópolis en constante expansión, cuya población incluye miles de especies de toda la galaxia, muchas de las cuales se basan en la mitología establecida en las novelas gráficas. La fértil imaginación de Besson lo llevó a crear docenas de asombrosos personajes intergalácticos, como la medusa Cortical, el enorme Bromosaurio acuático de 300 toneladas y un Khodar’Khan llamado Igon Siruss —al que pone voz Goodman— que es el cerebro criminal del centro comercial intradimensional conocido como el Gran Mercado.
Entre los alienígenas más memorables se encuentran los Doghan Daguis, una especie de intermediarios de información multilingües que siempre van en grupos de tres y causan una enorme impresión, pese a medir poco más de un metro de altura. “Venden información y hablan 8000 idiomas”, explica Besson. “Uno de ellos empieza una frase, el siguiente la continúa y el tercero la termina, porque son como un único cerebro dividido en tres partes. A nadie le gustan los Doghan Daguis, pero no puedes matarlos. Si matas a uno, destruyes la información”.
Besson también inventó un pelotón de soldados mecánicos de una eficiencia implacable llamados K-Tron, que hacen de guardaespaldas personales del comandante Filitt. Según el guionista y director: “Nunca hablan y solo tienen dos funciones. Cuando el punto de luz que tienen en la parte frontal de la cabeza está verde, no pasa nada. En cuanto el punto se pone rojo, tienes cinco segundos para tumbarte en el suelo, porque van a empezar a disparar a todo el mundo. Son así de simples. Si controlas a los K-Tron, tienes verdaderamente el poder”.
El artista conceptual BEN MAURO, que ha trabajado en películas como “Lucy” o la trilogía de El hobbit, desempeñó un papel fundamental en el diseño de las criaturas de la Estación Espacial Alfa. Inspirándose en el artista de videojuegos Yoji Shinkawa y en el historietista e ilustrador francés Jean Giraud, popularmente conocido como Moebius, basó sus especies de la era espacial en la fisiología de animales reales. “Una vez que entiendes cómo funciona la biología, puedes tomar esas leyes subyacentes y convertirlas en algo completamente distinto”, explica Mauro. “Algunos de los alienígenas de la película se basan en rinocerontes o elefantes. Los estudias en la vida real y se te ocurre cómo hacer algo raro… a la vez que les dejas esa piel dura, como de algo con lo que estamos familiarizados en la Tierra”.
Además de los alienígenas diseñados internamente, Besson pobló la secuencia del bullicioso Callejón del Paraíso con criaturas que apenas se ven más que un momento. A Besson se le ocurrió una original manera de captar el interés de los fans desde el primer momento a través de una colaboración abierta creativa, Besson invitó a los fans de la ciencia ficción a enviar sus propios dibujos de alienígenas. El concurso atrajo a más de 3000 participantes de todo el mundo. Besson seleccionó 20 y encargó a su equipo que les dieran vida en la gran pantalla.
La inclusión de un surtido tan variado de alienígenas y criaturas de otros mundos sirve para recalcar el sentido mensaje que hay tras la acción del filme. Criaturas como los Pearls constituyen un ejemplo de una especie pacífica y progresista que se ha visto afectada trágicamente por las consecuencias de comportarse sin empatía, lo que resalta la importancia de la compasión hacia lo desconocido.
Besson encontró a la persona exacta que necesitaba en el supervisor de efectos visuales ganador del Óscar Scott Stokdyk. “Si eres un supervisor de efectos especiales y lees mi guion de VALERIAN, solo hay tres reacciones posibles”, bromea Besson. “La primera: te mueres de un infarto. La segunda: sales corriendo. Y la tercera reacción es: te sale una gran sonrisa y dices: ‘Dios mío, no sé si seré capaz de hacerlo... pero esto es genial’. Eso es lo que hizo Scott. Empezó a devanarse los sesos y en menos de 10 minutos ya estaba calculando ciertas cosas. Es muy pragmático y sumamente organizado”.
Stokdyk, que recibió un Óscar por supervisar los efectos de “Spider-Man 2”, empezó por evaluar lo que necesitaba cada escena. “Estudiamos los storyboards de cada plano, para ver qué especies alienígenas había en cada uno, cuántos alienígenas hay, cuánto dura el plano y qué movimiento hay”, explica.
El proceso de captura de movimiento puso a prueba a menudo el temple de los actores. En una escena culminante, Valerian y Laureline se encuentran con una especie pacífica conocida como Los Pearls, interpretada por actores vestidos con trajes de captura de movimiento provistos de sensores... para que los artistas digitales pudieran transformar sus movimientos en alienígenas durante la posproducción. “Estábamos rodeados de croma azul”, recuerda Stokdyk. “Weta Digital tiene un excelente equipo de captura de movimiento que cuenta con más de 30 personas, así que lo llenaron todo de cámaras e incluso hicieron agujeros en el set para poder esconder las cámaras”.
Después de filmar a los personajes humanos interactuando con los alienígenas generados mediante captura de movimiento, Stokdyk encargó a Weta que hicieran una pasada “limpia”, es decir, que volvieran a grabar todas las escenas, pero únicamente con los personajes humanos. “Eso es complicado, porque los actores tienen básicamente que fingir que interactúan con algo que no está ahí”, comenta Stokdyk. “Puede hacerse muy duro para los intérpretes cuando no tienen nada a lo que reaccionar, pero los actores de VALERIAN lo hicieron estupendamente”.
Además de los neozelandeses de Weta Digital, Besson fichó a Industrial Light & Magic, con los que ya había colaborado en “Lucy”. “Ambas compañías estaban entusiasmadas con el proyecto, pero era demasiado trabajo para una sola de ellas, así que aceptaron repartirse el trabajo”, aporta Besson, que también recurrió a Rodeo FX, el estudio de Montreal responsable de las fenomenales secuencias de persecuciones de coches de “Lucy”. Con la enorme escala de los efectos necesarios para dar vida a la visión de Besson, delegar fue esencial. “Asignamos a Rodeo todo el trabajo de naves espaciales, la estación espacial, todo lo mecánico”, comenta.
Trabajando juntas, las tres compañías acabaron produciendo 2734 planos de efectos especiales para VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS, y lograron cumplir la ambiciosa misión planteada por Besson. “Les dije que quería rodar la historia como si se tratara de dos policías por las calles de Nueva York llevando a cabo una investigación”, explica. “No quería saber nada del croma azul. Quería ver la nave espacial, la estación espacial y los alienígenas por adelantado. Entonces podía cargarme la cámara al hombro y saber exactamente qué estaba pasando”.
“Es imposible hacer rápido una película así”, resume Besson. Durante tres años, supervisó a artistas, ilustradores y diseñadores mientras concebían diseños conceptuales minuciosos. Pasó otro año y medio creando storyboards con todo lujo de detalles.
El rodaje empezó el 5 de enero de 2016 y acabó en junio. “Me alegra que nos tomáramos el tiempo necesario para hacerlo bien”, comenta Besson. “Soy un corredor de fondo. No hago los 100 metros; mi distancia son los 16 km, así que estoy acostumbrado a los rodajes largos. Para ‘El gran azul’, pasamos 24 semanas bajo el agua y 22 semanas en tierra. ‘Juana de Arco de Luc Besson’ llevó 24 semanas. Soy testarudo, así que 100 días de rodaje para VALERIAN me pareció casi fácil”.
VALERIAN se rodó casi por completo en la Cité du Cinema de Besson, a las afueras de París. Estas instalaciones, puestas en marcha por Besson y sus socios en 2012, son el mayor complejo cinematográfico de Francia, diseñado para competir con la capacidad de los estudios Cinecittà de Roma y los Pinewood Studios de Inglaterra. Con nueve platós cerrados repartidos en 26 hectáreas, Cité du Cinema tiene todo lo necesario para crear un universo fantástico, en opinión de la productora Besson-Silla.
Con la ventaja de tener a todo el mundo en el mismo lugar y en la misma onda, aunque no en el mismo plató, esta forma aislada de rodar permitió disfrutar de una colaboración ideal. “No había localizaciones fuera de Cité, lo que era estupendo”, aporta Besson-Silla. “De pronto, teníamos a 80 personas del equipo de efectos visuales, al diseñador de vestuario, a la diseñadora de decorados y a los actores trabajando juntos. El rodaje fue como lo seda, lo que es sorprendente para un proyecto de esta envergadura”.
Las típicas superproducciones de Hollywood suelen necesitar de hasta una docena de productores pero, increíblemente —testimonio de su gran habilidad—, Besson-Silla es la única productora de VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS. “No hacen falta 10 productores”, observa. “Hablo mucho con Luc, así que tengo una buena idea de lo que quiere. Es mucho más fácil para todo el equipo porque, si alguien tiene una duda, no tiene que pasar por un millón de personas. Cualquier pregunta va directa a Luc y a mí. Esa es la ventaja de trabajar con EuropaCorp, que empezó con nosotros dos y después se fue ampliando. Al ser el estudio de un director, podemos mantenernos muy cerca de la propia creación de la película”.
El rodaje de VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS ocupó siete de los nueve platós de la Cité du Cinema, que bullían en un estado constante de actividad. “Un edificio estaba entero cubierto de croma azul”, recuerda Besson-Silla. “Luego, había un plató en el que el equipo construía un set mientras nosotros filmábamos en otro. Al mismo tiempo, estaban desmontando otro set. Había una rotación continua de sets”.
Se puso mucho esfuerzo en crear entornos fantásticos para criaturas “prácticas”, como los Doghan Daguis. “Los teníamos a tamaño real, de modo que parecían como estatuas en el set”, comenta Besson-Silla. “Cada vez que filmábamos una escena con los Doghan Daguis, los grabábamos primero, luego los quitábamos y poníamos a los tipos con los trajes grises para la captura de movimiento. Luego, como referencia para la iluminación, rodábamos los planos de fondo para efectos visuales sin nada delante. Hicimos lo mismo con los enormes K-Tron, traíamos unos grandes robots negros para un plano, los quitábamos y entonces poníamos a los actores para la captura de movimiento”.
Las instalaciones de la Cité du Cinema, diseñadas por Besson, cuentan con tres escuelas de cine, un restaurante y una guardería, todo con el objetivo de fomentar una atmósfera estimulante tanto para el reparto como para el equipo. “En lugar de caravanas, tenemos habitaciones verdes, amuebladas como si fueran acogedores apartamentos”, cuenta Besson-Silla orgullosa. “Cubrimos las paredes con los diseños de la película, de modo que los actores pudieran mentalizarse para las distintas escenas y luego no tuvieran más que bajar en el ascensor e ir directos al set”.
El bullicioso ambiente de compañerismo dio pie a sorpresas inesperadas, como la vez en que la antigua actriz de Besson, Natalie Portman, pasó junto a Besson-Silla vestida como Jackie Kennedy para su papel de “Jackie”. “También recuerdo una noche muy especial”, recuerda la productora. “Herbie Hancock estuvo filmando ese día y, por la noche, dijimos: ‘Herbie, tenemos este piano...’ Y ese genio tocó para todo el equipo. Tuvimos muchos pequeños momentos especiales como ese. Todos estábamos allí para hacer una película, pero de una forma agradable y con buen ambiente”.
Este equipo principal estaba formado por el veterano diseñador de vestuario Olivier Bériot, cuya ropa pudo verse en “Lucy” y en el thriller producido por Besson “Venganza (Taken)”, el director de fotografía Thierry Arbogast y el diseñador de producción Hugues Tissandier, que ya había colaborado anteriormente con Besson en “Lucy”.
Esta colaboración proactiva ayudó a evitar retrasos técnicos durante el propio rodaje, que suelen implicar cambios de iluminación. “Era importante integrar las luces por todo el set. Colaboramos con el director de fotografía Thierry Arbogast y su jefe de eléctricos, y con GREG FROMENTIN para integrar esas luces en el set. Se integró todo así”.
“Lo pusimos todo con luces led, para que pudiéramos hacer cambios de luz y de intensidad antes de empezar a rodar”, prosigue el diseñador de producción. “De esa manera, cuando llegaba Thierry al set, tenía lo que necesitaba en lo referente a las secuencias... y al mismo tiempo podía cambiar de color. “Por ejemplo, queríamos poder cambiarlo todo a rojo en el mismo diseño, y poder volver atrás y crear zonas oscuras, cambiar la iluminación y tener más posibilidades para la puesta en escena. Esas decisiones nos permitían darle a Luc más posibilidades”.
Supervisando a docenas de empleados en tres departamentos, Bériot empezó a trabajar en junio de 2015, siete meses antes de comenzar a rodar. “Luc ya había pasado mucho tiempo con ilustradores, así que me mostraba dibujos muy precisos de Valerian y Laureline con sus trajes espaciales y me decía: ‘Quiero esto’”, desvela Bériot. “Se trataba de transformar la información del cómic en los detalles y la riqueza que se necesita para la gran pantalla”.
Tal vez el elemento más importante de todo el vestuario son los trajes espaciales que llevan los aventureros héroes de la película. “En el cómic original, los trajes espaciales son superimportantes”, comenta el diseñador de vestuario. “Valerian y Laureline llevan trajes espaciales blancos, muy propios de los años 70. Al modo de ver de Luc, necesitábamos un traje de aspecto más futurista, casi como de superhéroe, que fuera a la vez funcional y a la moda. Una parte del traje parece una armadura, liso como un traje de buzo, pero en realidad es espuma pintada con pintura metálica. Las partes rígidas están hechas con resina epoxi y el cuello parece brillante de cerca. Mi idea era mantener la cintura lo más estrecha posible tanto para Dane como para Cara, de modo que la figura en la gran pantalla quedara preciosa”.
Delevingne se quedó entusiasmada con su traje espacial en cuanto se lo puso. “Nunca me había sacado tantas fotos de mí misma en mi vida”, comenta riendo. “Es lo más alucinante que existe. Está básicamente hecho de plástico cosido en un traje de neopreno, pero queda increíble”.
Los trajes se diseñaron para que permitieran pelear, además de tener buen aspecto. “Con tanta acción, costaba mantener todas las minúsculas luces led sujetas y conectadas”, comenta Delevingne. “Aunque me temía que las escenas de acción fueran a resultar imposibles, al final era fácil moverse con el traje espacial”.
Inspirado por una visita al taller de vestuario de “Misión a Marte” en Budapest, Bériot fundó su propia empresa en París, que cuenta con un taller de costura, un departamento dedicado a esculturas hechas con resina epoxi, espuma o plástico, un equipo de expertos en envejecimiento y teñido, además de dos electricistas. Era comparable a una firma de diseño y moda, aunque especializada en alta costura intergaláctica. “Queríamos imaginar cosas extrañas que no se hubieran visto nunca, y orientamos al departamento de peluquería y maquillaje en esa dirección”, concluye Bériot.
A diferencia de la mayoría de los directores, Besson prefiere manejar él mismo la cámara; mientras Arbogast se encarga de la iluminación. Tras ver los storyboards y las referencias fotográficas durante la preproducción, Arbogast se dio inmediatamente cuenta de que la película iba a ser extraordinariamente colorida. “Decidimos utilizar las nuevas tecnologías de proyección que utilizan luces led en los tres colores primarios de rojo, verde y azul”, señala. “Esos proyectores nos permitieron variar el color, hasta que encontramos el matiz exacto adecuado para cada set. Incorporamos tiras de luz a la decoración, que controlábamos desde una consola, de modo que pudiéramos jugar con los colores, un poco como la paleta de un pintor. Eso dio a Luc una flexibilidad enorme, hasta el punto de poder llegar al set y decir: ‘No me gusta este tono de azul, quiero que sea así’”.
Naturalmente, cada entorno requería un tono característico. En la escena en la que Bubble actúa para Valerian, Arbogast creó un aura dorada. “Colocamos tiras RGB en la columna bajo un barniz y usamos el proyector para iluminar suavemente la escena al estilo de un proyector de foco”, explica el director de fotografía. “Era como la iluminación del escenario en la escena de la ópera de ‘El quinto elemento’, pero más suave”.
En contraste, El Callejón del Paraíso pedía un tono más chillón, inspirado en parte en el propio barrio de entretenimiento para adultos de Pigalle de París. “El Callejón del Paraíso necesitaba mucho neón, carteles y luces parpadeantes, tenía que ser muy rica en colores”, afirma Arbogast. “También colocamos focos móviles, como si fueran de drones o helicópteros de búsqueda que estuvieran pasando por la calle”.
A lo largo de VALERIAN, Arbogast varió la iluminación para adecuarse a la atmósfera de cada escena. “No intento tener ‘continuidad’, como podría hacerse en las películas inglesas”, comenta. “Para mí, es escena a escena. Cuando la iluminación cambia, las escenas pueden chocar unas con otras. Por ejemplo, pasamos de una playa soleada, a ¡zas!, encontrarnos en el Intruder azul. O tenemos la luz cálida del Gran Mercado, y de ahí pasamos a la iluminación fría de otro ambiente distinto. Eso es lo que de verdad me gusta: que haya diversidad de luz”.
Este espectáculo cinematográfico visualmente deslumbrante exigía una banda sonora que complementara el exótico esplendor de los mundos y las especies alienígenas mostrados, transportando a los espectadores a planetas lejanos. Ahí es donde entra Alexandre Desplat, compositor de una amplia variedad de películas muy alabadas, entre ellas las ganadoras del Óscar “Argo” y “El discurso del rey”. Además del pedigrí que aportaba Desplat, también poseía una profunda familiaridad con el material original de VALERIAN, producto de haber leído el cómic en la revista Pilote siendo adolescente en Francia.
En cuanto a las directrices que recibió de Besson para la banda sonora, Desplat explica: “Luc dijo que quería una partitura orquestal con muchas melodías. Eso lo dice todo. Significaba que tenía que componer buenas melodías y componer para una gran orquesta sinfónica”.
La sesión de grabación se realizó en Radio France, lo que suponía la primera vez que Desplat grababa con una orquesta sinfónica en París. Aunque en un primer momento Desplat tenía ciertas reservas en cuanto a grabar en un estudio en el que no había trabajado nunca, no tardó en cambiar de opinión. “La primera vez que subí al podio, delante de la orquesta, me quedé anonadado al instante”, recuerda entusiasmado el compositor. “El sonido y la interpretación eran preciosos”.
Aunque al principio la labor de Desplat tiende a ser solitaria, tuvo el detalle de invitar a Besson a escuchar a lo largo de todo el proceso de composición. Incluir a Besson en la evolución de la banda sonora suponía compartir con él demos completamente orquestadas, que permitían hacerse una idea bastante completa de cómo sonaría el producto final. “Si algo no convencía a Luc, me lo indicaba y yo lo modificaba”, aporta Desplat. “Si no le gustaba la flauta, el clarinete o el piano, o lo que fuera, podía cambiarlo al momento”.
Aunque Desplat ha abordado una amplia variedad de géneros a lo largo de su carrera, disfrutó con la oportunidad de diversificar la clase de sonidos que cabe esperar de un universo de ciencia ficción. El compositor señala: “Las imágenes que me ofreció Luc eran sumamente virtuosistas, geniales y diversas. En lo referente a la técnica, eran de una riqueza increíble”.
Para captar la esencia de la multitud de personajes de VALERIAN, además de realzar grandes secuencias de combate o escenas emocionalmente cruciales, Desplat creó temas completamente específicos. Cuando se le pregunta si temía caer en algún tipo de cliché o tópico del cine de ciencia ficción, responde simplemente: “No, porque la película tiene personalidad propia”.
Además de la suntuosa partitura de Desplat, Besson también ha incluido grabaciones vocales nuevas y preexistentes a modo de hitos emocionales en su trepidante a la vez que íntimo viaje intergaláctico. La película arranca con una secuencia en su mayor parte muda que empieza con el acoplamiento en 1975 de la cápsula Apolo de los Estados Unidos con la Soyuz de la URSS, y luego vemos a cientos de naves más, de otros países, y luego de otros mundos, que se van uniendo a ellas a lo largo de siglos para formar la Estación Espacial Alfa. Para esta secuencia, Besson optó por el clásico tema de David Bowie “Space Oddity” para anclar emocionalmente a los espectadores mientras los transporta del mundo contemporáneo a su espectacular visión del futuro. La película también incluye “Jamming”, de Bob Marley, y la versión de Wyclef Jean, junto con Refugee All Stars, del clásico de los Bee Gees “Stayin’ Alive”, el nuevo tema de DJ Mustard “Bubble Dance”, que acompaña a la actuación de Bubble para Valerian, y, como canciones nuevas para los créditos finales, “A Million on my Soul”, de Alexiane, y “I Feel Everything”, compuesta por Pharell Williams e interpretada por Cara Delevingne.
Una vez acabado el rodaje, el chico que empezó a soñar con una saga espacial hace tantas décadas está convencido de haber hecho justicia a los creadores de “Valerian y Laureline”. Besson señala que hace mucho tiempo que veía VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS como una película de cine de evasión en 3D en su máxima expresión de espectacularidad: “Quiero que la gente que se pasa el día trabajando vaya a ver esta película al cine y se olvide de todo durante un par de horas, como si se hubieran ido de vacaciones”.
Aunque el clásico cómic original forma parte de manera indisoluble de la película, Besson ha dejado en el género de la ciencia ficción su propia e inconfundible huella con su dinámica estética. Ahora que por fin la tecnología permite hacer realidad la visión de Besson, no ha habido desde “Avatar” otra experiencia cinematográfica 3D que deje a los espectadores tan impactados. El director ha invertido muchos esfuerzos para asegurarse de que el desfile de extravagantes criaturas alienígenas tenga como eje central una cautivadora relación humana. “Os mostramos el alocado mundo del siglo XXVIII, pero los personajes y sus vidas, sus sentimientos y sus emociones son cosas con los que todos nos podemos identificar”, concluye. “Os encantarán Valerian y Laureline por cómo son y por todas las emociones que viven juntos”.
En el siglo XXVIII, Valerian (DANE DEHAAN, “The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro”, “Chronicle”) y Laureline (CARA DELEVINGNE, “Escuadrón Suicida”, “Ciudades de papel”) forman un equipo de agentes especiales encargados de mantener el orden en todos los territorios humanos. Por encargo del ministro de Defensa (el compositor ganador del Óscar y el Grammy HERBIE HANCOCK), los dos se embarcan en una misión a la asombrosa ciudad de Alfa, una metrópolis en constante expansión en la que convergen desde hace siglos especies procedentes de todos los confines del universo para compartir entre si conocimientos, inteligencia y culturas.
Pero Alfa oculta en su interior un misterio, una fuerza oscura que pone en peligro la pacífica existencia de la Ciudad de los Mil Planetas, y Valerian y Laureline deberán apresurarse para identificar a esa amenaza que les acecha y salvar no solo Alfa, sino el mismo futuro del universo.
Acompañan a DeHaan y Delevingne en el reparto un extraordinario elenco de intérpretes veteranos y recién llegados a la gran pantalla, encabezados por CLIVE OWEN (“Hijos de los hombres”, la serie de televisión “The Knick”), ETHAN HAWKE (“The Purge. La noche de las bestias”, “Training Day (Día de entrenamiento)”), JOHN GOODMAN (“Atómica (Atomic Blonde)”, “Calle Cloverfield 10”), KRIS WU (“xXx: Reactivado (xXx: Reactivated)”, “Journey To the West: The Demons Strike Back”) y RUTGER HAUER (“Blade Runner”, “Batman Begins”). En una sensacional interpretación, el icono mundial del pop RIHANNA (el próximo estreno “Ocean’s 8”) debuta en el género del cine fantástico.
Con guion y dirección de Besson, la historia de VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS se basa en la serie de novelas gráficas de “Valerian y Laureline”, obra de PIERRE CHRISTIN y JEAN-CLAUDE MÉZIÈRES, que empezó a publicarse en 1967 de la mano de la editorial DARGAUD. En este proyecto internacional, Besson está acompañado por un equipo de colaboradores habituales, encabezado por la productora VIRGINIE BESSON-SILLA (“Lucy”, “Malavita”). Entre los jefes de los distintos departamentos figuran el director de fotografía THIERRY ARBOGAST (“Lucy”, “El quinto elemento”), el compositor ganador del Óscar ALEXANDRE DESPLAT (“El Gran Hotel Budapest”, “The Imitation Game (Descifrando Enigma)”), el diseñador de producción HUGUES TISSANDIER (“Lucy”, “Venganza (Taken)”), el montador JULIEN REY (“Lucy”, “Malavita”), el diseñador de vestuario OLIVIER BÉRIOT (“Lucy”, “Venganza (Taken)”) y el supervisor de efectos visuales ganador del Óscar SCOTT STOKDYK (“Oz, un mundo de fantasía”, “Spider-Man 2”).
El filme cuenta como productores ejecutivos con MARK GAO (el próximo estreno “Replicas”), GREGORY OUANHON (“Transporter Legacy”) y JC CHENG (“Skyline: El último crucero”).
Alimentada por la imaginación de Besson, VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS sumerge a los espectadores en una inolvidable aventura intergaláctica.
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA
La trama principal de VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS, un espectacular evento 3D ambientado en un universo más allá de la imaginación, empieza en el año 2740. Esta épica aventura, clásica y familiar, y al mismo tiempo sumamente exótica y emocionante, sigue al comandante Valerian (DeHaan), un pícaro agente del gobierno, estrella en alza del ejército humano. Es un guerrero extraordinario con un sexto sentido para la táctica, ampliamente conocido por su valor.Valerian está acompañado en sus viajes por el espacio por su intrépida compañera, la sargento Laureline (Delevingne), cuya innata inteligencia solo es comparable a su férrea determinación, su feroz independencia y sus impresionantes despliegues de fuerza. Con lo motivada y centrada que está en su carrera, Laureline está mucho más chapada a la antigua y es más sencilla en su vida personal: quiere enamorarse, casarse y tener una familia. Además de ser una excelente agente espacial, naturalmente.
Al comienzo de su aventura, Valerian y Laureline se dirigen al planeta desértico de Kirian, donde les encargan que se infiltren en los sórdidos bajos fondos del bullicioso Gran Mercado intradimensional. Siguiendo las órdenes del ministro de Defensa (Hancock), deben recuperar el último transmutador de Mül que queda, una diminuta criatura con poderes milagrosos que podría ayudarles a salvar a una pacífica civilización que se creía desaparecida.
Con el transmutador como preciosa carga a bordo de su nave espacial, “El Intruder”, Valerian y Laureline viajan a continuación a Alfa, la enorme estación espacial conocida en toda la galaxia como la Ciudad de los Mil Planetas. Su misión principal consiste en garantizar la seguridad del comandante Arun Filitt (Owen), pero el misterio que alberga Alfa en su interior no tardará en adquirir una urgencia más alarmante, que obligará a Valerian y a Laureline a decidir si deben confiar en su instinto por encima de la información que les han proporcionado sobre su misión.
Cuando Laureline es secuestrada por el retorcido emperador Boulan Bathor III (ROMAN BLOMME, “Little Glory”), Valerian tendrá que aventurarse en la zona de los bajos fondos conocida como El Callejón del Paraíso en busca de información y aliados precarios. Allí se topa con Jolly (Hawke) y Bubble (Rihanna), una artista que cambia de forma, cuyos excepcionales talentos resultarán muy útiles cuando ayude a Valerian en su audaz rescate de Laureline.
Tras soportar una sucesión de brutales escaramuzas y épicas batallas, Valerian y Laureline entran por fin en la Zona Roja radiactiva del centro de Alfa, donde descubren el oscuro secreto que se oculta tras su misión e intentan salvar la Ciudad de los Mil Planetas antes de que se acabe el tiempo... y una civilización quede destruida para siempre.
A medida que Valerian y Laureline avanzan en esta aventura espacial intergaláctica visualmente deslumbrante, deberán abrirse paso entre persecuciones de coches voladores, tiroteos con criminales del hampa alienígena, mortíferas criaturas de las que a duras penas logran escapar y batallas espaciales como no se han visto nunca en la gran pantalla.
De la página a la pantalla: Valerian alza el vuelo
Mucho antes de que Luc Besson se convirtiera en uno de los principales autores del cine de acción del mundo —escribiendo, produciendo y dirigiendo toda una serie de éxitos icónicos— fue un chico fascinado por una serie de cómic llamada “Valerian y Laureline”, que empezó a publicarse una década antes de que la descubriera. Recuerda el realizador: “Cuando tenía 10 años, iba al quiosco todos los miércoles. Una vez, encontré una revista llamada Pilote. Dentro, descubrí a ‘Valerian y Laureline’. Pensé: ‘Oh, Dios mío, ¿qué es esto?’. Ese día, me enamoré de Laureline, y quería ser Valerian”.Besson no tardaría en engancharse a los apasionantes seriales gráficos escritos por el autor francés Pierre Christin e ilustrados de forma rompedora por Jean-Claude Mézières, devorando los 20 volúmenes publicados hasta la fecha. “Eran los 70, y era la primera vez que veíamos a una chica moderna repartiendo leña”, recuerda. “No se trataba de superhéroes con capa. Esto era mucho más ligero, libre y muy ameno, porque Laureline y Valerian eran como dos policías normales de la actualidad, solo que en el siglo XXVIII, donde todo es extraño y alucinante”.
La serie de cómic en la que se basa el filme, que la editorial Dargaud empezó a publicar en 1967, inspiró a Besson no solo a imaginar su emblemática “El quinto elemento”, sino que también ha influido a otros cineastas a crear algunas de las películas de ciencia ficción más icónicas del último medio siglo.
Con su pasión por “Valerian y Laureline” siempre presente, Besson creció hasta convertirse en la fuerza creativa responsable de cintas de acción tan influyentes como “Nikita, dura de matar” y “León (El profesional)”. No fue hasta que empezó a filmar su épico clásico de culto distópico retrofuturista “El quinto elemento” que se planteó la posibilidad de sacar a su héroe de fantasía de la infancia de la estantería y empezó a darle vueltas a la idea de adaptar las novelas gráficas al cine. Besson comenta riendo: “Jean-Claude Mézières, que diseñó ‘El quinto elemento’, me dijo: ‘¿Por qué haces esto? ¡Deberías estar haciendo Valerian!”.
Limitado por la tecnología de efectos visuales relativamente primitiva disponible en la década de 1990, Besson sabía que pasaría un tiempo antes de ser capaz de crear el maravilloso universo de “Valerian y Laureline” que sabía que el material original merecía. “Cuando volví a leerme los cómics”, recuerda, “llegué a la conclusión de que era imposible hacer las películas. La tecnología de entonces no era lo suficientemente buena para recrear todos esos mundos y alienígenas”.
Haría falta un terremoto y un enorme avance evolutivo en efectos visuales para permitir al cineasta dar vida a “Valerian y Laureline”. Después de que James Cameron invitara a Besson al set de rodaje de su épica aventura espacial “Avatar”, el director francés se decidió. “Cuando llegó ‘Avatar’, hizo que todo pareciera posible. Recuerdo pensar: ‘Algún día, volveré a la ciencia ficción con todas estas nuevas herramientas, con las que el único límite es tu imaginación. Entonces fue cuando decidí hacer ‘Valerian’”.
Encontrar a nuestros héroes: Valerian y Laureline
A los pocos minutos de conocer a Dane DeHaan, que saltó a la fama en la gran pantalla como némesis de Spidey en “The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro”, Besson sabía que había encontrado al personaje principal que lo había inspirado de niño. “Había visto un par de películas de Dane y me había gustado como actor”, recuerda Besson. “La primera vez que nos vimos, en un restaurante, sonrió y dijo: ‘Hola’, y eso fue todo. Lo supe. El tono de su voz, el brillo de sus ojos y su sonrisa... pensé: ‘Dios mío. Este tipo es Valerian’”.A DeHaan le atrajo el papel porque le daba la oportunidad de interpretar a un investigador aventurero de la era espacial, que también resulta ser un romántico incurable. “Valerian está totalmente colado por Laureline, pero se ha ganado a pulso cierta reputación de donjuán”, explica el actor. “La película no trata solo de salvar el universo, sino también de la misión de Valerian de convencer a Laureline de que deberían pasar el resto de sus vidas juntos”.
Como interpretar a uno de los principales agentes espaciales interestelares exige encontrarse en un estado de forma óptimo, DeHaan tuvo que pasar los siete meses previos al rodaje poniéndose en forma para el papel. “Teníamos escenas de acción casi cada día, y era importante que sustentara mi interpretación con esa energía superpositiva propia de Valerian”, comenta. “Tuve que trabajar mucho, porque desde luego no tenía mucha pinta de poder salvar el universo antes de que me ofrecieran el papel”.
Una vez adquirido el físico requerido por el papel, DeHaan se metió de lleno en las espectaculares secuencias de acción, espoleado por un eufórico Besson. “El entusiasmo de Luc todos los días de rodaje era asombroso”, recuerda el intérprete. “Se lo estaba pasando como en su vida, y nos contagió a todos los demás. Nunca había trabajado en una película que hubiera resultado tan divertida de hacer”.
En cuanto a meterse en el personaje y lucir el característico traje espacial de Valerian, DeHaan observa: “Es una sensación alucinante. Despierta al niño que llevas dentro al que le encantaba disfrazarse. Hace que sientas que eres lo más, caminando por ahí con tu traje espacial y yendo a trabajar. Estábamos haciendo básicamente de superhéroes”.
Para el papel de la intrépida Laureline, Besson necesitaba encontrar a una actriz que pudiera estar a la altura del espíritu de empoderamiento encarnado en la heroína. Laureline no es ninguna chica apocada, ninguna damisela en apuros, es la igual de Valerian en todos los aspectos: valiente, fuerte, muy inteligente y lleva el 50% del peso de la labor de lucha contra el crimen que llevan a cabo entre los dos. Hacía falta alguien extraordinariamente singular para encarnar al personaje del que se había enamorado Besson de niño.
Besson tiene un don para reconocer el potencial de ciertas actrices para convertirse en grandes estrellas, como fue el caso de unas por entonces desconocidas Natalie Portman o Milla Jovovich. Al elegir a la Laureline de sus sueños, Besson la pondría en la exclusiva posición de convertirse en la próxima gran estrella mundial.
Al final, Besson se decidió por la modelo convertida en actriz Cara Delevingne, que ha empezado a darse a conocer en dramas menores como “Ciudades de papel” y en superproducciones taquilleras como “Escuadrón Suicida”. “Conocía a Cara del mundo de las modelos, y lo primero que me preocupaba era asegurarme de que iba en serio”, recuerda Besson. “Cara es preciosa, pero tenía que saber si tenía la capacidad, físicamente. ¿Sabía actuar? ¿De verdad quería?”.
Tras someter a Delevingne a un riguroso proceso de prueba, Besson llegó a la conclusión de que la respuesta era un rotundo “sí”. Recuerda la actriz británica: “Luc me sometió a pruebas como las que te encontrarías en una escuela de arte dramático. Me pedía que me convirtiera en un animal y cosas por el estilo. Era muy a la vieja usanza, y moló mucho”.
Delevingne proclamó sus intenciones de convertirse en actriz antes incluso del jardín de infancia, por lo que estaba encantada ante la perspectiva de trabajar con un director cuyas películas admiraba desde hacía tiempo. “De niña, recuerdo quedarme cautivada con los colores y los personajes de ‘El quinto elemento’, como esa asombrosa alienígena azul”, sostiene. “Me quedé entusiasmada con ella, y ha seguido siendo una de mis películas favoritas de siempre”.
La productora habitual de Besson, Virginie Besson-Silla, comprende perfectamente la reacción de Delevingne: “A lo largo de los años, ‘El quinto elemento’ ha adquirido el carácter de obra de culto, y mucha gente agradece ver a Luc volver a ese género”.
En esta época de destripes online y filtraciones en las redes sociales, Besson y Besson-Silla estaban decididos a guardar el secreto en torno al argumento de la película. Desarrollaron un protocolo de alto secreto que sin duda se ganaría el respeto de las agencias de inteligencia internacionales; exigía a Delevingne que se leyera el guion de un tirón... con un ayudante esperando al lado. “Me senté yo sola en una habitación durante hora y media, pero me leí el guion a toda velocidad, porque era verdaderamente fascinante”, recuerda.
Delevingne, atraída por la actitud sin contemplaciones de la policía espacial, describe a Laureline como, simplemente: “la caña. Es una mujer muy fuerte e inteligente, que se vale por sí misma”, concreta la intérprete. Aun así, el personaje tiene un lado más blando. Laureline soporta (y disfruta) los continuos flirteos de Valerian, pero se mantiene concentrada en la misión que los ocupa. El romance tendrá que quedar relegado a un segundo plano mientras salvan la galaxia. “Tiene un corazón de oro y es romántica, pero no quiere bajar la guardia”, agrega la actriz tras una pausa. “Laureline acaba enamorándose mientras salva el mundo”.
Nuestra heroína no se queda tranquilamente sentada esperando a que le pasen las cosas; lucha junto a Valerian, lo que exigió a Delevingne ponerse bastante violenta. “Tuve que darle un puñetazo en la cara a Clive Owen unas cien veces”, comenta haciendo una mueca. “Seguro que le di en la nariz al menos un par de veces... porque mi percepción de profundidad no es muy buena que digamos. Me disculpé y, por suerte, Clive se lo tomó bien”.
Todas las palizas que se dieron los actores y las agujetas que sufrieron merecieron la pena, ya que VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS dejará encantados a todos los espectadores, en opinión de Delevingne. “Esta película es visualmente impresionante”, afirma entusiasmada. “Los espectadores se quedarán abrumados con todos los personajes que van a ver. El enorme esfuerzo invertido en cada mínimo detalle —el vestuario, el diseño, el arte— ha dado como resultado una película increíble”.
Comprendiendo que la base de la historia se fundamenta en la relación de su personaje con Laureline, DeHaan se entendió muy bien con su coprotagonista femenina desde el principio. “Es importante que la relación parezca animada fuera del set. Cara está llena de vida, así que es muy fácil caer bajo su hechizo”, elogia a la actriz que tan acertadamente eligieran para interpretar a la Encantadora en “Escuadrón Suicida”. “Normalmente, soy bastante serio, pero Cara y yo acabamos cantando canciones y haciendo el ganso entre una toma y otra. Eso resultó muy útil, porque la relación entre Valerian y Laureline es muy pícara”.
Aliados y enemigos: Los actores de reparto de la épica aventura
Mientras está separado de Laureline, Valerian se aventura por la zona de los bajos fondos de la Estación Espacial Alfa conocida como El Callejón del Paraíso, donde conoce a la “glamópodo” capaz de cambiar de forma Bubble. “Es una alienígena con la capacidad de adoptar cualquier forma que quiera”, explica Besson. “En nuestra película, los glamópodos son artistas que han recibido educación, así que conocen a maestros como Shakespeare, Molière y Rimbaud, de memoria. En ese sentido, Bubble es la actriz definitiva”.Rihanna, una estrella multiplatino del pop mundial e icono rebelde de la moda por derecho propio, era la primera elección de Besson para interpretar a Bubble. “Todo el mundo decía: ‘Olvídalo, es imposible’”, recuerda el guionista y director. “A lo que yo respondía: ‘No cuesta nada intentarlo’”. Besson organizó una reunión con la megaestrella y se quedó encantado al descubrir que estaba interesada en abordar su primer papel cinematográfico en el género de la fantasía.
“Evidentemente, Rihanna no le teme a la cámara y actúa ante miles de personas”, aporta Besson. “Pero me dijo: ‘Como actriz, aún soy una principiante y, a menos que trabaje con alguien que sea bueno, no aprenderé’. Me conmovió su sinceridad, porque si hubiera dicho: ‘Soy una superestrella, no puedes filmarme desde este ángulo’, ¿qué podría haber hecho yo? Seguía muy bien las indicaciones, captó todos los detalles y fue una delicia trabajar con ella”.
Valerian se encuentra inicialmente a Bubble cuando está realizando un número de baile, y luego procede a ofrecer un caleidoscopio de rápidas transformaciones; es el montaje intergaláctico definitivo de cambios de imagen. “Fue muy divertido para mí ir cambiando de un aspecto a otro”, recuerda entusiasmada Rihanna. “Hubo muchos cambios de maquillaje y de pelo. El estilo Cleopatra fue el que llevó más tiempo, porque tenía muchísimos detalles, y tenía que llevar maquillaje resistente al agua. Pero mi conjunto favorito fue el de enfermera, que era todo de látex y me hacía sudar”.
Bubble pasa rápidamente de no ser más que una artista en el Glam Club a convertirse en aliada de Valerian y desempeñar un papel significativo en su misión de rescate. “Bubble es una artista, y lo que la hace sentirse libre es actuar y hacer feliz a la gente”, prosigue la cantante. “Es muy sensible en lo referente a su arte, y entre Valerian y ella se crea un estrecho vínculo”.
En cuanto a su colaboración con Besson, Rihanna se maravilla con la incansable especificidad de su director. “Revisaba mi maquillaje, me decía lo que opinaba de cada conjunto y me preguntaba cómo me sentía. Si no me gustaba algo y quería cambiarlo, estaba dispuesto a ello, porque quería que me encantara Bubble y que la hiciera mía. Aún soy una recién llegada al cine, así que Luc tuvo mucha paciencia y se lo agradecí. Sabe exactamente cómo sacarte la interpretación que busca”.
Aunque VALERIAN está poblada de miles de especies alienígenas, la película también cuenta con un contingente humano sustancial, sustentado por el actor británico Clive Owen como el comandante Arun Filitt, un líder militar cuyo turbio pasado vuelve a aflorar en el presente.
“Arranqué a toda marcha, me hice idea rápidamente del tono de la película, me metí en el papel e hice mi parte”, comenta Owen. “Fue fácil, porque Luc es muy relajado y preciso. Cuando haces una película con tanto material generado por ordenador, tienes que ser increíblemente concreto en cuanto a qué es lo que se está rodando. Todo tiene que estar calculado de antemano y Luc había hecho una preparación tan exhaustiva, que sabía exactamente lo que quería cada día”.
Owen, que ya está familiarizado con el subgénero de las películas de acción cargadas de efectos digitales, gracias a su trabajo en títulos como “Sin City (Ciudad del pecado)”, captó fácilmente las dificultades que entrañaba trabajar en el mundo de croma verde de VALERIAN. “Te encuentras en un limbo, en el sentido de que actúas en un espacio en el que el mundo a tu alrededor se creará más tarde”, comenta. “Eso fue extraordinariamente emocionante”.
El veterano actor Ethan Hawke, que interpreta a Jolly, el proxeneta de Bubble, recuerda sucintamente el informe creativo de Besson. “Luc me dijo que si Dennis Hopper siguiera vivo, lo habría elegido a él para interpretar a Jolly, así que yo seguí a partir de esa idea”, comenta riendo el actor. “Canalicé mi Dennis Hopper interior y me lo pasé bomba. Participar en un rodaje de Luc fue exactamente como me imaginaba: increíblemente creativo y divertido, a la par que organizado y meticuloso”.
“Luc tiene una forma de ver el universo que resulta alocada, alegre, desenfrenada y espontánea; pasión y picardía mezcladas con arte”, agrega el actor. “Sus películas no se parecen a las de nadie más. Siempre se sabe cuándo es una película de Spike Lee, Martin Scorsese o Tarantino. Con Luc pasa lo mismo. Sabes que estás viendo una película de Luc Besson, y VALERIAN es puro Luc”.
Besson se basó en sus pasiones e influencias de su adolescencia para elegir a muchos de los miembros de su reparto. Así fue como decidió ofrecer el papel del ministro de Defensa a Herbie Hancock, cuya música ha enamorado al director desde que no tenía más que 13 años.
Durante una visita al hogar de Hancock en Los Ángeles, Besson lo convenció para que se incorporara al proyecto. “Es un papel muy pequeño, pero me gustó la idea de interpretar a un ministro en VALERIAN”, reconoce la leyenda del jazz. “He sido embajador de buena voluntad para la UNESCO durante seis años, así que quería formar parte de un proyecto que promueve una visión global. A estas alturas de nuestro desarrollo en el siglo XXI, es importante que los humanos aspiren a ser ciudadanos globales”.
Mientras se encontraba en Los Ángeles, Besson aprovechó también para convencer al actor ganador del premio Emmy John Goodman, que aporta la voz del jefe alienígena del crimen generado digitalmente Igon Siruss. Goodman recuerda quedarse asombrado con los diseños conceptuales de Besson. “Luc tiene una imaginación increíble”, comenta maravillado el actor. “No sabía si me quería cubrir de látex o ponerme una cabeza de dibujos animados o qué, pero pensé que, con Luc al mando, saldría bien... fuera lo que fuera”.
En una jugada que sin duda hará las delicias de los fanáticos de la ciencia ficción, Besson eligió a Rutger Hauer para interpretar al presidente de la World State Federation. “Rutger resultó tan icónico en ‘Blade Runner’, que me hacía mucha ilusión trabajar con él en VALERIAN”, afirma entusiasmado Besson. Como parte del protocolo de secreto para proteger la trama, Hauer no pudo leer el guion antes del rodaje, sino que el actor recibió únicamente sus líneas de diálogo el día anterior al comienzo del rodaje.
“Luc trabaja por instinto, y me siento muy a gusto con gente que trabaja así”, aporta el legendario actor holandés. Sabía que sería una aventura pero, al igual que sus compañeros de reparto, estaba dispuesto a embarcarse en ella. “Fue una experiencia magnífica”.
Como reconocimiento a la comunidad tan unida de cineastas franceses de la que forma parte, Besson ofreció papeles de figurante a varios compañeros directores. LOUIS LETTERIER (“El increíble Hulk”), BENOÎT JACQUOT (“Adiós a la reina”) y OLIVIER MEGATON (“Venganza: Conexión Estambul”) aparecen todos brevemente como oficiales militares. “Hicieron pequeños cameos, por diversión”, resume Besson-Silla.
Un enfoque visionario: El mundo de Valerian
Para dar vida a su visión, Besson empleó un enfoque muy particular para conceptualizar, crear y dar cuerpo a los mundos y criaturas que componen el universo de Valerian. Mucho antes de que las cámaras empezaran a filmar en el rodaje de la película, Besson adoptó un enfoque novedoso para formular los diseños conceptuales del filme, al elaborar dichos diseños en dos fases separadas. La primera fase, que comenzó en 2010, supuso movilizar a cientos de artistas, tanto profesionales como aficionados, para que enviaran sus diseños a través de un concurso.Después de realizar una criba preliminar entre todos los participantes hasta quedarse con un grupo más reducido de diseñadores a finales de 2010, Besson redujo aún más el número de elegidos a unos veinte aproximadamente, que se reunieron con él en Francia, Los Ángeles o a través de Skype a fin de que Besson compartiera con ellos su visión de cómo trasladar a la gran pantalla el universo del cómic. Los artistas trabajaron entonces cada uno por su cuenta para desarrollar sus propias interpretaciones del sueño de Besson, como prueba para ver si podían pasar a la segunda fase.
Al final, Besson eligió a seis artistas clave que pasarían a la segunda fase y seguirían elaborando los dibujos que Besson escogió como parte de la primera fase del proceso de diseño conceptual. A partir de ahí, Besson ofreció directrices y orientación a los seis artistas sobre cómo combinar, pulir y realzar los dibujos elegidos. Para el final de la segunda fase, los dibujos eran predominantemente producto de un esfuerzo de colaboración entre Besson y los seis artistas, a excepción de varios dibujos de la primera fase, que se mantuvieron intactos.
Este proceso se prestó a un enfoque meticuloso, meditado y exhaustivo para crear diseños minuciosamente detallados que encajan entre sí para crear un todo coherente.
Fauna salvaje: Las especies de la Estación Espacial Alfa
La Estación Espacial Alfa, también conocida como la Ciudad de los Mil Planetas, es un verdadero núcleo intergaláctico de actividad. “Allí se encuentra todo el conocimiento del universo. Es Wall Street, la Ciudad de las Ciencias, las Naciones Unidas, Broadway... todo está allí”, explica Besson. “Eso la convierte en el lugar más importante de todo el universo”.Alfa es una metrópolis en constante expansión, cuya población incluye miles de especies de toda la galaxia, muchas de las cuales se basan en la mitología establecida en las novelas gráficas. La fértil imaginación de Besson lo llevó a crear docenas de asombrosos personajes intergalácticos, como la medusa Cortical, el enorme Bromosaurio acuático de 300 toneladas y un Khodar’Khan llamado Igon Siruss —al que pone voz Goodman— que es el cerebro criminal del centro comercial intradimensional conocido como el Gran Mercado.
Entre los alienígenas más memorables se encuentran los Doghan Daguis, una especie de intermediarios de información multilingües que siempre van en grupos de tres y causan una enorme impresión, pese a medir poco más de un metro de altura. “Venden información y hablan 8000 idiomas”, explica Besson. “Uno de ellos empieza una frase, el siguiente la continúa y el tercero la termina, porque son como un único cerebro dividido en tres partes. A nadie le gustan los Doghan Daguis, pero no puedes matarlos. Si matas a uno, destruyes la información”.
Besson también inventó un pelotón de soldados mecánicos de una eficiencia implacable llamados K-Tron, que hacen de guardaespaldas personales del comandante Filitt. Según el guionista y director: “Nunca hablan y solo tienen dos funciones. Cuando el punto de luz que tienen en la parte frontal de la cabeza está verde, no pasa nada. En cuanto el punto se pone rojo, tienes cinco segundos para tumbarte en el suelo, porque van a empezar a disparar a todo el mundo. Son así de simples. Si controlas a los K-Tron, tienes verdaderamente el poder”.
El artista conceptual BEN MAURO, que ha trabajado en películas como “Lucy” o la trilogía de El hobbit, desempeñó un papel fundamental en el diseño de las criaturas de la Estación Espacial Alfa. Inspirándose en el artista de videojuegos Yoji Shinkawa y en el historietista e ilustrador francés Jean Giraud, popularmente conocido como Moebius, basó sus especies de la era espacial en la fisiología de animales reales. “Una vez que entiendes cómo funciona la biología, puedes tomar esas leyes subyacentes y convertirlas en algo completamente distinto”, explica Mauro. “Algunos de los alienígenas de la película se basan en rinocerontes o elefantes. Los estudias en la vida real y se te ocurre cómo hacer algo raro… a la vez que les dejas esa piel dura, como de algo con lo que estamos familiarizados en la Tierra”.
Además de los alienígenas diseñados internamente, Besson pobló la secuencia del bullicioso Callejón del Paraíso con criaturas que apenas se ven más que un momento. A Besson se le ocurrió una original manera de captar el interés de los fans desde el primer momento a través de una colaboración abierta creativa, Besson invitó a los fans de la ciencia ficción a enviar sus propios dibujos de alienígenas. El concurso atrajo a más de 3000 participantes de todo el mundo. Besson seleccionó 20 y encargó a su equipo que les dieran vida en la gran pantalla.
La inclusión de un surtido tan variado de alienígenas y criaturas de otros mundos sirve para recalcar el sentido mensaje que hay tras la acción del filme. Criaturas como los Pearls constituyen un ejemplo de una especie pacífica y progresista que se ha visto afectada trágicamente por las consecuencias de comportarse sin empatía, lo que resalta la importancia de la compasión hacia lo desconocido.
Todo un nuevo mundo: Los efectos visuales de la película
Un integrante clave que Besson necesitaba para su equipo ideal era un supervisor de efectos visuales que pudiera afrontar un reto de proporciones intergalácticas: supervisar la acción que se desarrollaba en infinidad de lugares distintos, entre ellos el trágico paraíso conocido como Mül, el planeta desértico Kirian y su bullicioso Gran Mercado, el parque acuático de Pooulong, el mundo acuático de Galana y el sórdido Callejón del Paraíso, así como el festín para la vista de la Estación Espacial Alfa.Besson encontró a la persona exacta que necesitaba en el supervisor de efectos visuales ganador del Óscar Scott Stokdyk. “Si eres un supervisor de efectos especiales y lees mi guion de VALERIAN, solo hay tres reacciones posibles”, bromea Besson. “La primera: te mueres de un infarto. La segunda: sales corriendo. Y la tercera reacción es: te sale una gran sonrisa y dices: ‘Dios mío, no sé si seré capaz de hacerlo... pero esto es genial’. Eso es lo que hizo Scott. Empezó a devanarse los sesos y en menos de 10 minutos ya estaba calculando ciertas cosas. Es muy pragmático y sumamente organizado”.
Stokdyk, que recibió un Óscar por supervisar los efectos de “Spider-Man 2”, empezó por evaluar lo que necesitaba cada escena. “Estudiamos los storyboards de cada plano, para ver qué especies alienígenas había en cada uno, cuántos alienígenas hay, cuánto dura el plano y qué movimiento hay”, explica.
El proceso de captura de movimiento puso a prueba a menudo el temple de los actores. En una escena culminante, Valerian y Laureline se encuentran con una especie pacífica conocida como Los Pearls, interpretada por actores vestidos con trajes de captura de movimiento provistos de sensores... para que los artistas digitales pudieran transformar sus movimientos en alienígenas durante la posproducción. “Estábamos rodeados de croma azul”, recuerda Stokdyk. “Weta Digital tiene un excelente equipo de captura de movimiento que cuenta con más de 30 personas, así que lo llenaron todo de cámaras e incluso hicieron agujeros en el set para poder esconder las cámaras”.
Después de filmar a los personajes humanos interactuando con los alienígenas generados mediante captura de movimiento, Stokdyk encargó a Weta que hicieran una pasada “limpia”, es decir, que volvieran a grabar todas las escenas, pero únicamente con los personajes humanos. “Eso es complicado, porque los actores tienen básicamente que fingir que interactúan con algo que no está ahí”, comenta Stokdyk. “Puede hacerse muy duro para los intérpretes cuando no tienen nada a lo que reaccionar, pero los actores de VALERIAN lo hicieron estupendamente”.
Además de los neozelandeses de Weta Digital, Besson fichó a Industrial Light & Magic, con los que ya había colaborado en “Lucy”. “Ambas compañías estaban entusiasmadas con el proyecto, pero era demasiado trabajo para una sola de ellas, así que aceptaron repartirse el trabajo”, aporta Besson, que también recurrió a Rodeo FX, el estudio de Montreal responsable de las fenomenales secuencias de persecuciones de coches de “Lucy”. Con la enorme escala de los efectos necesarios para dar vida a la visión de Besson, delegar fue esencial. “Asignamos a Rodeo todo el trabajo de naves espaciales, la estación espacial, todo lo mecánico”, comenta.
Trabajando juntas, las tres compañías acabaron produciendo 2734 planos de efectos especiales para VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS, y lograron cumplir la ambiciosa misión planteada por Besson. “Les dije que quería rodar la historia como si se tratara de dos policías por las calles de Nueva York llevando a cabo una investigación”, explica. “No quería saber nada del croma azul. Quería ver la nave espacial, la estación espacial y los alienígenas por adelantado. Entonces podía cargarme la cámara al hombro y saber exactamente qué estaba pasando”.
Rodar en Cité du Cinema: El espacio exterior, a las afueras de París
“Es imposible hacer rápido una película así”, resume Besson. Durante tres años, supervisó a artistas, ilustradores y diseñadores mientras concebían diseños conceptuales minuciosos. Pasó otro año y medio creando storyboards con todo lujo de detalles.
El rodaje empezó el 5 de enero de 2016 y acabó en junio. “Me alegra que nos tomáramos el tiempo necesario para hacerlo bien”, comenta Besson. “Soy un corredor de fondo. No hago los 100 metros; mi distancia son los 16 km, así que estoy acostumbrado a los rodajes largos. Para ‘El gran azul’, pasamos 24 semanas bajo el agua y 22 semanas en tierra. ‘Juana de Arco de Luc Besson’ llevó 24 semanas. Soy testarudo, así que 100 días de rodaje para VALERIAN me pareció casi fácil”.
VALERIAN se rodó casi por completo en la Cité du Cinema de Besson, a las afueras de París. Estas instalaciones, puestas en marcha por Besson y sus socios en 2012, son el mayor complejo cinematográfico de Francia, diseñado para competir con la capacidad de los estudios Cinecittà de Roma y los Pinewood Studios de Inglaterra. Con nueve platós cerrados repartidos en 26 hectáreas, Cité du Cinema tiene todo lo necesario para crear un universo fantástico, en opinión de la productora Besson-Silla.
Con la ventaja de tener a todo el mundo en el mismo lugar y en la misma onda, aunque no en el mismo plató, esta forma aislada de rodar permitió disfrutar de una colaboración ideal. “No había localizaciones fuera de Cité, lo que era estupendo”, aporta Besson-Silla. “De pronto, teníamos a 80 personas del equipo de efectos visuales, al diseñador de vestuario, a la diseñadora de decorados y a los actores trabajando juntos. El rodaje fue como lo seda, lo que es sorprendente para un proyecto de esta envergadura”.
Las típicas superproducciones de Hollywood suelen necesitar de hasta una docena de productores pero, increíblemente —testimonio de su gran habilidad—, Besson-Silla es la única productora de VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS. “No hacen falta 10 productores”, observa. “Hablo mucho con Luc, así que tengo una buena idea de lo que quiere. Es mucho más fácil para todo el equipo porque, si alguien tiene una duda, no tiene que pasar por un millón de personas. Cualquier pregunta va directa a Luc y a mí. Esa es la ventaja de trabajar con EuropaCorp, que empezó con nosotros dos y después se fue ampliando. Al ser el estudio de un director, podemos mantenernos muy cerca de la propia creación de la película”.
El rodaje de VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS ocupó siete de los nueve platós de la Cité du Cinema, que bullían en un estado constante de actividad. “Un edificio estaba entero cubierto de croma azul”, recuerda Besson-Silla. “Luego, había un plató en el que el equipo construía un set mientras nosotros filmábamos en otro. Al mismo tiempo, estaban desmontando otro set. Había una rotación continua de sets”.
Se puso mucho esfuerzo en crear entornos fantásticos para criaturas “prácticas”, como los Doghan Daguis. “Los teníamos a tamaño real, de modo que parecían como estatuas en el set”, comenta Besson-Silla. “Cada vez que filmábamos una escena con los Doghan Daguis, los grabábamos primero, luego los quitábamos y poníamos a los tipos con los trajes grises para la captura de movimiento. Luego, como referencia para la iluminación, rodábamos los planos de fondo para efectos visuales sin nada delante. Hicimos lo mismo con los enormes K-Tron, traíamos unos grandes robots negros para un plano, los quitábamos y entonces poníamos a los actores para la captura de movimiento”.
Las instalaciones de la Cité du Cinema, diseñadas por Besson, cuentan con tres escuelas de cine, un restaurante y una guardería, todo con el objetivo de fomentar una atmósfera estimulante tanto para el reparto como para el equipo. “En lugar de caravanas, tenemos habitaciones verdes, amuebladas como si fueran acogedores apartamentos”, cuenta Besson-Silla orgullosa. “Cubrimos las paredes con los diseños de la película, de modo que los actores pudieran mentalizarse para las distintas escenas y luego no tuvieran más que bajar en el ascensor e ir directos al set”.
El bullicioso ambiente de compañerismo dio pie a sorpresas inesperadas, como la vez en que la antigua actriz de Besson, Natalie Portman, pasó junto a Besson-Silla vestida como Jackie Kennedy para su papel de “Jackie”. “También recuerdo una noche muy especial”, recuerda la productora. “Herbie Hancock estuvo filmando ese día y, por la noche, dijimos: ‘Herbie, tenemos este piano...’ Y ese genio tocó para todo el equipo. Tuvimos muchos pequeños momentos especiales como ese. Todos estábamos allí para hacer una película, pero de una forma agradable y con buen ambiente”.
Bienvenidos al siglo XXVIII: Una visión de diseño coherente
Para dar vida a la inspiración de su infancia, Besson reunió a un equipo principal de colaboradores habituales. “Lo más importante era la coordinación entre el diseñador de producción, el diseñador de vestuario y el director de fotografía”, afirma Besson. “Si tratas cada uno de esos elementos por separado, vas a tener problemas. La sinergia tiene que venir de los tres, así que, cada día, quería que el director de fotografía viera el vestuario y que el diseñador de vestuario viera los decorados. Estábamos constantemente intercambiando información”.Este equipo principal estaba formado por el veterano diseñador de vestuario Olivier Bériot, cuya ropa pudo verse en “Lucy” y en el thriller producido por Besson “Venganza (Taken)”, el director de fotografía Thierry Arbogast y el diseñador de producción Hugues Tissandier, que ya había colaborado anteriormente con Besson en “Lucy”.
Diseño de producción
Crear los enormes sets físicos, como el del Gran Mercado, El Callejón del Paraíso y Mül —el etéreo planeta natal de los Pearls— así como las múltiples naves espaciales, salas de control y un autobús volador, fue una tarea monumental. Aunque los efectos visuales se encargarían de realzar posteriormente esos sets, que se basaron en los diseños conceptuales, el diseñador de producción tuvo que afrontar el reto adicional de cambiar de épocas, desde la década de 1970 al año 2740. Eso precisó una colaboración completa con casi todos los departamentos para dar vida a la visión de Besson.Esta colaboración proactiva ayudó a evitar retrasos técnicos durante el propio rodaje, que suelen implicar cambios de iluminación. “Era importante integrar las luces por todo el set. Colaboramos con el director de fotografía Thierry Arbogast y su jefe de eléctricos, y con GREG FROMENTIN para integrar esas luces en el set. Se integró todo así”.
“Lo pusimos todo con luces led, para que pudiéramos hacer cambios de luz y de intensidad antes de empezar a rodar”, prosigue el diseñador de producción. “De esa manera, cuando llegaba Thierry al set, tenía lo que necesitaba en lo referente a las secuencias... y al mismo tiempo podía cambiar de color. “Por ejemplo, queríamos poder cambiarlo todo a rojo en el mismo diseño, y poder volver atrás y crear zonas oscuras, cambiar la iluminación y tener más posibilidades para la puesta en escena. Esas decisiones nos permitían darle a Luc más posibilidades”.
Vestuario
Antes de que Bériot diera su primera puntada, Besson ya había planificado hasta el último detalle de la ropa. “Empezamos con dibujos en los que yo le decía al artista conceptual: ‘Me gustan las mangas aquí, pero no la parte de atrás’, o ‘no me gustan los pies, pero me gustan los pantalones’”, explica Besson.Supervisando a docenas de empleados en tres departamentos, Bériot empezó a trabajar en junio de 2015, siete meses antes de comenzar a rodar. “Luc ya había pasado mucho tiempo con ilustradores, así que me mostraba dibujos muy precisos de Valerian y Laureline con sus trajes espaciales y me decía: ‘Quiero esto’”, desvela Bériot. “Se trataba de transformar la información del cómic en los detalles y la riqueza que se necesita para la gran pantalla”.
Tal vez el elemento más importante de todo el vestuario son los trajes espaciales que llevan los aventureros héroes de la película. “En el cómic original, los trajes espaciales son superimportantes”, comenta el diseñador de vestuario. “Valerian y Laureline llevan trajes espaciales blancos, muy propios de los años 70. Al modo de ver de Luc, necesitábamos un traje de aspecto más futurista, casi como de superhéroe, que fuera a la vez funcional y a la moda. Una parte del traje parece una armadura, liso como un traje de buzo, pero en realidad es espuma pintada con pintura metálica. Las partes rígidas están hechas con resina epoxi y el cuello parece brillante de cerca. Mi idea era mantener la cintura lo más estrecha posible tanto para Dane como para Cara, de modo que la figura en la gran pantalla quedara preciosa”.
Delevingne se quedó entusiasmada con su traje espacial en cuanto se lo puso. “Nunca me había sacado tantas fotos de mí misma en mi vida”, comenta riendo. “Es lo más alucinante que existe. Está básicamente hecho de plástico cosido en un traje de neopreno, pero queda increíble”.
Los trajes se diseñaron para que permitieran pelear, además de tener buen aspecto. “Con tanta acción, costaba mantener todas las minúsculas luces led sujetas y conectadas”, comenta Delevingne. “Aunque me temía que las escenas de acción fueran a resultar imposibles, al final era fácil moverse con el traje espacial”.
Inspirado por una visita al taller de vestuario de “Misión a Marte” en Budapest, Bériot fundó su propia empresa en París, que cuenta con un taller de costura, un departamento dedicado a esculturas hechas con resina epoxi, espuma o plástico, un equipo de expertos en envejecimiento y teñido, además de dos electricistas. Era comparable a una firma de diseño y moda, aunque especializada en alta costura intergaláctica. “Queríamos imaginar cosas extrañas que no se hubieran visto nunca, y orientamos al departamento de peluquería y maquillaje en esa dirección”, concluye Bériot.
Iluminación y cámaras
Para ayudar a dar forma a la atmósfera visual de VALERIAN, Besson contó con su colaborador habitual Arbogast, quien, desde “Nikita, dura de matar” en 1990, ha sido su director de fotografía en todas menos una de sus películas.A diferencia de la mayoría de los directores, Besson prefiere manejar él mismo la cámara; mientras Arbogast se encarga de la iluminación. Tras ver los storyboards y las referencias fotográficas durante la preproducción, Arbogast se dio inmediatamente cuenta de que la película iba a ser extraordinariamente colorida. “Decidimos utilizar las nuevas tecnologías de proyección que utilizan luces led en los tres colores primarios de rojo, verde y azul”, señala. “Esos proyectores nos permitieron variar el color, hasta que encontramos el matiz exacto adecuado para cada set. Incorporamos tiras de luz a la decoración, que controlábamos desde una consola, de modo que pudiéramos jugar con los colores, un poco como la paleta de un pintor. Eso dio a Luc una flexibilidad enorme, hasta el punto de poder llegar al set y decir: ‘No me gusta este tono de azul, quiero que sea así’”.
Naturalmente, cada entorno requería un tono característico. En la escena en la que Bubble actúa para Valerian, Arbogast creó un aura dorada. “Colocamos tiras RGB en la columna bajo un barniz y usamos el proyector para iluminar suavemente la escena al estilo de un proyector de foco”, explica el director de fotografía. “Era como la iluminación del escenario en la escena de la ópera de ‘El quinto elemento’, pero más suave”.
En contraste, El Callejón del Paraíso pedía un tono más chillón, inspirado en parte en el propio barrio de entretenimiento para adultos de Pigalle de París. “El Callejón del Paraíso necesitaba mucho neón, carteles y luces parpadeantes, tenía que ser muy rica en colores”, afirma Arbogast. “También colocamos focos móviles, como si fueran de drones o helicópteros de búsqueda que estuvieran pasando por la calle”.
A lo largo de VALERIAN, Arbogast varió la iluminación para adecuarse a la atmósfera de cada escena. “No intento tener ‘continuidad’, como podría hacerse en las películas inglesas”, comenta. “Para mí, es escena a escena. Cuando la iluminación cambia, las escenas pueden chocar unas con otras. Por ejemplo, pasamos de una playa soleada, a ¡zas!, encontrarnos en el Intruder azul. O tenemos la luz cálida del Gran Mercado, y de ahí pasamos a la iluminación fría de otro ambiente distinto. Eso es lo que de verdad me gusta: que haya diversidad de luz”.
Imágenes virtuosistas: Los sonidos de Desplat en el espacio
Este espectáculo cinematográfico visualmente deslumbrante exigía una banda sonora que complementara el exótico esplendor de los mundos y las especies alienígenas mostrados, transportando a los espectadores a planetas lejanos. Ahí es donde entra Alexandre Desplat, compositor de una amplia variedad de películas muy alabadas, entre ellas las ganadoras del Óscar “Argo” y “El discurso del rey”. Además del pedigrí que aportaba Desplat, también poseía una profunda familiaridad con el material original de VALERIAN, producto de haber leído el cómic en la revista Pilote siendo adolescente en Francia.
En cuanto a las directrices que recibió de Besson para la banda sonora, Desplat explica: “Luc dijo que quería una partitura orquestal con muchas melodías. Eso lo dice todo. Significaba que tenía que componer buenas melodías y componer para una gran orquesta sinfónica”.
La sesión de grabación se realizó en Radio France, lo que suponía la primera vez que Desplat grababa con una orquesta sinfónica en París. Aunque en un primer momento Desplat tenía ciertas reservas en cuanto a grabar en un estudio en el que no había trabajado nunca, no tardó en cambiar de opinión. “La primera vez que subí al podio, delante de la orquesta, me quedé anonadado al instante”, recuerda entusiasmado el compositor. “El sonido y la interpretación eran preciosos”.
Aunque al principio la labor de Desplat tiende a ser solitaria, tuvo el detalle de invitar a Besson a escuchar a lo largo de todo el proceso de composición. Incluir a Besson en la evolución de la banda sonora suponía compartir con él demos completamente orquestadas, que permitían hacerse una idea bastante completa de cómo sonaría el producto final. “Si algo no convencía a Luc, me lo indicaba y yo lo modificaba”, aporta Desplat. “Si no le gustaba la flauta, el clarinete o el piano, o lo que fuera, podía cambiarlo al momento”.
Aunque Desplat ha abordado una amplia variedad de géneros a lo largo de su carrera, disfrutó con la oportunidad de diversificar la clase de sonidos que cabe esperar de un universo de ciencia ficción. El compositor señala: “Las imágenes que me ofreció Luc eran sumamente virtuosistas, geniales y diversas. En lo referente a la técnica, eran de una riqueza increíble”.
Para captar la esencia de la multitud de personajes de VALERIAN, además de realzar grandes secuencias de combate o escenas emocionalmente cruciales, Desplat creó temas completamente específicos. Cuando se le pregunta si temía caer en algún tipo de cliché o tópico del cine de ciencia ficción, responde simplemente: “No, porque la película tiene personalidad propia”.
Además de la suntuosa partitura de Desplat, Besson también ha incluido grabaciones vocales nuevas y preexistentes a modo de hitos emocionales en su trepidante a la vez que íntimo viaje intergaláctico. La película arranca con una secuencia en su mayor parte muda que empieza con el acoplamiento en 1975 de la cápsula Apolo de los Estados Unidos con la Soyuz de la URSS, y luego vemos a cientos de naves más, de otros países, y luego de otros mundos, que se van uniendo a ellas a lo largo de siglos para formar la Estación Espacial Alfa. Para esta secuencia, Besson optó por el clásico tema de David Bowie “Space Oddity” para anclar emocionalmente a los espectadores mientras los transporta del mundo contemporáneo a su espectacular visión del futuro. La película también incluye “Jamming”, de Bob Marley, y la versión de Wyclef Jean, junto con Refugee All Stars, del clásico de los Bee Gees “Stayin’ Alive”, el nuevo tema de DJ Mustard “Bubble Dance”, que acompaña a la actuación de Bubble para Valerian, y, como canciones nuevas para los créditos finales, “A Million on my Soul”, de Alexiane, y “I Feel Everything”, compuesta por Pharell Williams e interpretada por Cara Delevingne.
Una vez acabado el rodaje, el chico que empezó a soñar con una saga espacial hace tantas décadas está convencido de haber hecho justicia a los creadores de “Valerian y Laureline”. Besson señala que hace mucho tiempo que veía VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS como una película de cine de evasión en 3D en su máxima expresión de espectacularidad: “Quiero que la gente que se pasa el día trabajando vaya a ver esta película al cine y se olvide de todo durante un par de horas, como si se hubieran ido de vacaciones”.
Aunque el clásico cómic original forma parte de manera indisoluble de la película, Besson ha dejado en el género de la ciencia ficción su propia e inconfundible huella con su dinámica estética. Ahora que por fin la tecnología permite hacer realidad la visión de Besson, no ha habido desde “Avatar” otra experiencia cinematográfica 3D que deje a los espectadores tan impactados. El director ha invertido muchos esfuerzos para asegurarse de que el desfile de extravagantes criaturas alienígenas tenga como eje central una cautivadora relación humana. “Os mostramos el alocado mundo del siglo XXVIII, pero los personajes y sus vidas, sus sentimientos y sus emociones son cosas con los que todos nos podemos identificar”, concluye. “Os encantarán Valerian y Laureline por cómo son y por todas las emociones que viven juntos”.
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